Seguimos tratando los miedos, pero esta vez el exceso de preocupación que siente una persona por los demás y que le lleva a ponerse siempre
en la cola, ante la necesidad de ayudar a los que tiene a su alrededor.
Siempre temen lo peor por ellos y están en constante situación de "alarma".
El exceso de preocupación por padres, hijos, amigos, etc, hace que
vivan la vida de los otros como si fuera la suya, intentando que los
demás hagan lo que ellos creen que deben de hacer para que las cosas
vayan bien. El resultado suele ser muchas veces
“constantes discusiones”.
Suelen actuar de forma muy posesiva,
por lo que no sólo se hacen daño a sí mismos, sino que también a
las personas por las que se preocupan tanto, ya que los asfixian con su
constante temor y preocupación.
La toma de esta flor ayuda a dar libertad a los demás, al desapego, y
a no involucrarse en el desarrollo y en la toma de decisiones de las
personas a las que quieren.
Es de gran utilidad para los padres divorciados, separados, viudos,
que ante la soledad de la pareja, se refugian y se apegan en los hijos,
impidiéndoles vivir su vida.
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